València, ciudad musical
La relación entre música y desarrollo socio-económico es muy potente. La cultura en general, y la música en particular, citando a Pau Rausell, es un antibiótico de amplio espectro. Tiene un impacto positivo en el empleo, en la educación (un proyecto de investigación de Econcult analizaba la relación positiva entre estudios complementarios musicales y rendimiento de los estudiantes de primaria), en la diversidad, el empleo, el uso del espacio público, la recuperación de edificios obsoletos y la calidad de vida. Las bandas, los grupos de música y los interpretes son micro-empresas y las salas y los espacios culturales son sus incubadoras, sus espacios de innovación y de interrelación.